MARZO, EL ESTÍO


 Hola ¿Cómo ha ido la semana? ¿Quizá con altibajos? 

Esta puede ser una posible explicación...

Estamos comenzando el estío, que es ese tiempo donde percibimos que está llegando la primavera.

 Los árboles están brotando, los cantos de los pájaros van despertando  y el viento nos recuerda que el aroma está cambiando. 


Es un mes en el que es fácil encontrar la belleza en la naturaleza.

Un  tiempo de latencia entre la quietud y la crecencia, 

por eso hay días que nos cuesta movernos y otros que queremos salir y sentir .

Para estos días de adaptación  a la nueva estación,  quizá lo más adecuado sea no forzar la activación, 

movernos con prudencia y sutileza.

Os cuento cómo me ha ido está semana... 

Después de conectar con mi esencia en la casita del bosque  y escuchar a mi alma,  he sentido como si comenzase a subir una montaña muy alta.

 Una montaña que tiene marcado el camino,  y el lucero que me acompañará , será mi propia soledad. 

Un sendero que finalizaré arropada por las estrellas, conectada al latido de la tierra y

abrazando un amanecer diferente.

Un amanecer colorido con  manzanos florecidos, 

 inhalando el aroma  a rosas que ha quedado anclado  y exhalando la tristeza que aún me sigue acompañando. 

Y al  final del sendero, en un inmenso prado,  celebraré el reencuentro con la muerte y con la vida, 

 dando paso al movimiento que corresponde. 

El de la madera.  

El de la primavera.

Dando paso al renacer de la vida.

Próximamente  compartiré qué podemos hacer para cuidar nuestra energía en los días del estío.

Serán pequeñas acciones que nos facilitarán la adaptación a la nueva estación. 

Os deseo una feliz semana con aroma a

 Tomillo blanco y limón. 

Gracias por estar ahí y acompañarme con tu mirada.




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